Los diseñadores han transformado un viejo y oscuro almacén en Tel Aviv en un espacio blanco con plantas trepadoras, el bosque de sus sueños de infancia.
Para aumentar la luminosidad del ambiente, los proyectistas utilizaron, a modo de pared fotorreflectora ligera y ondulante, un fondo de QSK - Retrafilm arrugado de 27 x h 6,3 m.