Acción teatral en tres actos
Escenografía
David Alagna
Frédèrico Alagna
Light design
Aldo Solbiati
Taller de escenografía
Art Project Srl
Dirección de escena
David Alagna
Con la intención de otorgar al hecho una estética lírica más moderna y libre de convenciones académicas, la dirección de David Alagna ha transportado la acción al presente, desluciendo el papel del hado, que orquesta una tragedia en que los protagonistas son encarcelados al principio, y acentuando en cambio, según una concepción más actual, la influencia que el libre albedrío y el sentido de culpa tienen sobre el desarrollo de las acciones humanas.
La dirección ha buscado un realismo de estilo cinematográfico que le ha acercado más que a los montajes tradicionales al
Orphée de Jean Cocteau.
Con esta óptica se ha privilegiado la credibilidad dramática sin descuidar los aspectos oníricos del hecho que mantiene en suspenso los límites entre sueño y realidad hasta el desenlace.
Los objetivos de la dirección han introducido variaciones en el plan narrativo, con adaptaciones del libreto y en el aspecto musical con ajustes de tono y adecenamientos címbricos.
Euridice muere en un accidente de coche, el personaje de Amor es el Guía que conduce a Orfeo al Averno, con un barítono en el papel originalmente concebido para una voz de soprano, y también se intensifica la tragedia en el desenlace de muerte de Orfeo.
El montaje del
Teatro Comunale, que ha asumido admirablemente el riesgo de aventurarse a lo largo de un recorrido no convencional, ha sido premiada con un gran éxito de público y contestado inevitablemente con el desdén de los puristas. Buena parte de la crítica sin embargo ha comprendido las razones de la dirección.
«... ha causado asombro y mucha sensación, señal indudable de que el teatro está vivo, y se ha asistido a un espectáculo equilibrado tanto en su dimensión escénica como musical.»
Andrea Merli, da
L'opera, n. 223
«Podrá no gustar, comprensiblemente, al núcleo duro de la crítica, pero las libertades que David Alagna se ha tomado tienen amplia aceptación por parte del público normal, que no tiene que conocer, necesariamente, la obra al dedillo en las dos versiones, italiana sobre libreto de Calzabigi y francesa del poeta Moline¹, que no posee todas las ediciones discográficas y que por otro lado no hay una edición igual a otra y ha demostrado agradecer un montaje muy sugestivo y teatral.»
Andrea Merli, ibidem.
¹En 1774 Gluck readapto la opera para presentarla al público parisino, confiando la traducción del libreto al Pier Luis Moline, aportando modificaciones tan radicales que se puede considerar la de Paris una nueva versión del
Orphée.
El entusiasmo manifestado por el publico boloñés por esta interpretación el clave moderna de la obra de Gluck¹ podría considerarse también mas subterránea y a primera vista azarosa: la representación en el templo del Bibbiena en algunos versos esta más cercano a un montaje filológico que al espíritu original del
Orphée.
El
Orphée está considerada en efecto, la obra bisagra de la reforma que Gluck llevo a cabo respecto del virtuosismo rococó, también estimulado por al relación dialéctica que mantuvo con el libretista Raniero de' Calzabigi (1714-1795), literato de Livorno de vida aventurera, muy activo en la corte vienesa de María Teresa, amigo de Giacomo Casanova, además de miembro del Arcadia, de quien es bien conocida la visión critica respecto del teatro y del melodrama dieciochesco.
¹El interés del Comunale por los trabajos del músico de Erasbach tiene orígenes históricos. El teatro fue inaugurado poco meses después del estreno en Viena del
Orphée, exactamente con una ópera de Gluck,
Il Trionfo di Clelia.
El cambio de dirección que Gluck dio con
Orphée et Eurydice al teatro musical recupero los cánones de la tragedia griega, la pureza expresiva y la profundidad de los que, en la orquestación y en la interpretación de los cantantes tuvo objetivos ornamentales, mientras que la acción se hizo rápida e incisiva y la escenografía se oriento hacia la verosimilitud.
Resultado: el
Orphée represento una autentica revolución cuyo significado en la descontextualización actual, debería no ser tenido en cuenta, ya que esta interpretación, paradójicamente no le hace justicia a los ojos del espectador contemporáneo de otras interpretaciones más respetuosas.
«... el mito de Orfeo se desarrolla en un sueño del protagonista en un momento de la inhumación de la novia, fallecida inmediatamente después de la boda en un accidente de tráfico del que él ha salido ileso. El sepulturero-guía le conduce al mas allá, un espacio glacial donde las almas esta suspendidas en el vacío. La condición para recuperar la vida de de Euridice es la del mito: evitar la mirada. La guía le provoca coqueteando, el cede y Euridice si apaga definitivamente entre sus brazos. El despertar de Orfeo en el cementerio no prevé el desenlace feliz de la versión francesa: el muere de dolor y ambos son sepultados juntos.»
Andrea Merli, ibidem.