«
Soy un arquitecto y un escenógrafo, y la percepción intensa de mi tiempo es y siempre ha sido la base de mi trabajo.
Y como en su principio, también me parece ahora que el mundo y la humanidad se encuentren en una encrucijada: o la salvación o la ruina.»
Palabras que remontan al 1992 pero que parecen escritas hoy, aquéllas que
Josef Svoboda (Čáslav, Boemia, 1920 - Praga 2002), reconduce en la premisa de un texto su puesta fundamental por la comprensión de los recorridos de la escenografía del segundo Novecento,
I segreti dello spazio teatrale / Los secretos del espacio teatral, (
Ubulibri, 1997), del que también se toman todas las citas reportadas entre las leyendas de las fotografías.
En la copiosa bibliografía que lo concierne no faltan las definiciones sintéticas de su personalidad.
He aquí la de
Franco Quadri, crítico teatral y fundador de
Ubulibri: «
... un artista que tiene su máxima característica en conjugar lo absoluto con lo cotidiano y persigue la máxima cientificidad partiendo de una búsqueda artesanal.»
Una definición que a Svoboda, leyéndola en el prefacio de
Los secretos del espacio teatral, no tiene que haber sentido.